¿Existieron realmente las ciudades secretas templarias en la Patagonia?
Existen múltiples teorías sobre los Caballeros Templarios y su supuesta llegada a América, siendo una de las más intrigantes una leyenda que se origina en la Patagonia Argentina.
Según esta versión, los Templarios habrían emprendido expediciones hacia el Fuerte Argentino, ubicado en la provincia de Río Negro, en el Golfo de San Matías. El propósito de estas expediciones habría sido la extracción de metales preciosos, como oro y plata, para su posterior envío a Europa, donde serían comerciados. Además, esta leyenda sugiere que los Templarios podrían haber llevado consigo el Santo Grial, ocultándolo en la Patagonia para protegerlo de sus enemigos.
Ruta T y D
José Antonio Hurtado, en una investigación, plantea que Cristóbal Colón habría seguido una ruta conocida como T y D durante su travesía hacia América, basada en antiguos archivos náuticos templarios de la Orden de Calatrava. Según Hurtado, Colón habría empleado barcos cuyas velas mostraban una cruz roja, similar a la de los navíos portugueses, lo que significaría una violación del Tratado de Alcáçovas, que delimitaba las zonas de influencia sobre el Atlántico. Para evitar las repercusiones, Colón habría falsificado los datos en su diario de viaje.
Esta ruta, según Hurtado, habría sido trazada por los Templarios 150 años antes de que Colón llegara a América.
¿Qué significan las iniciales T y D?
Las siglas T y D se refieren a “Templum Domini”, la Casa Templaria en Jerusalén.
La flota templaria
Se dice que la Orden del Temple poseía una flota extensa, con puertos distribuidos estratégicamente. Uno de los más importantes fue La Rochelle, en Normandía, un puerto sobre la costa atlántica de Francia. Se cuenta que allí llegaron barcos vikingos provenientes de Sudamérica.
Es posible que los Templarios hayan explorado América en busca de metales preciosos. Al parecer, algunas de las riquezas que manejaban no tenían un origen europeo claro. Se han hallado documentos con el sello “Secretum Templi”, donde se describían rutas comerciales secretas que habrían conectado Europa con Sudamérica, y lugares donde los templarios podían refugiarse si eran perseguidos.
Ciudades secretas
Tras la persecución iniciada por el rey Felipe IV de Francia y el Papa Clemente V, se especula que algunos Templarios escaparon hacia América. Según ciertas teorías, habrían fundado tres ciudades secretas conocidas como las “Ciudades de los Césares”, que más tarde fueron abandonadas con la llegada de los conquistadores españoles.
Pruebas de que los Templarios conocían América
Una de las evidencias que apoyan esta teoría es la Iglesia de Vézelay en Francia, construida en 1150, donde se pueden observar representaciones de indígenas americanos, reconocidos por las deformaciones en sus orejas debido a los adornos que solían usar.
Además, cuando Colón llegó a América, muchos indígenas no mostraron sorpresa ante la cruz cristiana y lo recibieron bien. Posteriormente, se descubrió que algunos pueblos indígenas ya poseían objetos religiosos católicos, como cruces y rosarios.
Otra evidencia proviene de un mapa geográfico realizado en 1859 por el francés Juan Antonio Víctor Martín de Moussy, quien trabajaba para el gobierno argentino. En ese mapa, se señala un punto en el Golfo de San Matías con el nombre “Ancien Fort Abandonné” (Viejo Fuerte Abandonado).
¿Por qué no aparecen estos fuertes en los mapas españoles?
Cualquier mapa realizado por los españoles debía contar con la autorización de la Iglesia. Sin embargo, en el Fuerte Argentino se han encontrado restos que sugieren la presencia de un puerto o una fortificación, posiblemente templaria. Entre los objetos hallados hay un tótem de medio metro de altura, con tres niveles que representaban lo espiritual, lo humano y lo demoníaco, y una roca con una cruz tallada en bajo relieve, ambos símbolos vinculados a la Orden del Temple.
¿El Santo Grial llegó a América?
Según la leyenda, los Caballeros Templarios que custodiaban el Santo Grial habrían logrado salvar diversas reliquias durante su huida de Europa. Al llegar al Fuerte Argentino, podrían haber traído consigo el Grial y ocultarlo en América para resguardarlo.
Otra leyenda, relatada en el “Alto Libro del Grial”, de autor anónimo, habla de un barco galés que llegó a una isla cercana a la costa, en un lugar donde los marineros no lograban reconocer las estrellas y cuyo barco quedó varado. La tripulación, en su intento por salvarse, intentó alcanzar una meseta elevada en busca de refugio.
El misterio continúa: el Grial en América
Siguiendo con esta fascinante historia, la teoría del Santo Grial en América no se detiene allí. Se cree que la misteriosa meseta mencionada en el Alto Libro del Grial podría estar relacionada con la geografía de la Patagonia argentina, un lugar apartado y remoto, perfecto para ocultar un tesoro de incalculable valor como el Grial. La descripción de marineros perdidos en una isla y la imposibilidad de reconocer las estrellas, podría hacer referencia a los antiguos navegantes europeos que, al cruzar el Atlántico, se encontraron con un cielo completamente desconocido.
Más allá del Fuerte Argentino: la conexión galés-templaria
Aunque parece inverosímil, otra leyenda sugiere que no solo los templarios habrían llegado a América, sino también los galeses. Los caballeros galeses que supuestamente acompañaban a los Templarios podrían haber seguido rutas similares a las trazadas por la Orden del Temple. Se ha hablado de una posible alianza entre marinos galeses y templarios, compartiendo conocimientos sobre navegación y rutas secretas, con el fin de protegerse de las persecuciones que ambos grupos enfrentaban en Europa.
Este relato se conecta con una teoría fascinante sobre barcos que cruzaron el Atlántico mucho antes de los viajes de Cristóbal Colón. Los defensores de esta teoría sostienen que los Templarios, utilizando su avanzada red de información y sus conocimientos marítimos, pudieron haber cartografiado la costa atlántica de América del Sur, incluyendo la Patagonia.
El enigma de las ciudades perdidas
Otra pieza clave de esta compleja leyenda son las misteriosas “Ciudades de los Césares”, asentamientos templarios supuestamente ubicados en algún rincón de la Patagonia. Estas ciudades, envueltas en misterio, se describen como prósperas en su momento, llenas de riquezas y conocimientos ocultos, pero habrían sido abandonadas al llegar los colonizadores españoles. Se dice que estas ciudades albergaban no solo tesoros materiales, sino también reliquias religiosas de gran valor espiritual, como el Grial y otros objetos sagrados.
Los buscadores de estas ciudades han enfrentado desafíos extraordinarios, ya que las condiciones inhóspitas de la Patagonia, junto con la falta de mapas confiables, han hecho casi imposible localizar las ruinas. Sin embargo, los relatos orales y algunos testimonios escritos siguen avivando el interés de exploradores y arqueólogos en busca de pistas sobre el paradero de estas enigmáticas ciudades.
El legado templario en la Patagonia: mito o realidad
La historia de los templarios en América sigue siendo un tema de debate entre historiadores, arqueólogos y entusiastas de los misterios. Las pruebas tangibles son escasas, y muchos argumentan que las leyendas sobre el Grial y los templarios son meras fantasías, alimentadas por siglos de misterio y especulación. Aun así, los descubrimientos de ciertos artefactos y la presencia de símbolos vinculados a la Orden del Temple en lugares inesperados siguen intrigando a los investigadores.
Sea cual sea la verdad, lo que está claro es que la leyenda ha dejado una huella imborrable en la cultura popular, inspirando búsquedas incansables y sueños de aventuras en la lejana Patagonia. La combinación de historia, mito y religión ha dado lugar a una narrativa cautivadora, que continúa atrayendo a aquellos que creen que, escondido entre las montañas y llanuras de Argentina, podría estar el último refugio de uno de los mayores secretos de la humanidad: el Santo Grial.
Un legado perdurable
A medida que el tiempo pasa, las historias sobre los templarios en América se entrelazan más profundamente con la identidad mística de la Patagonia. Aunque no se haya encontrado una prueba concluyente de su presencia, la mera posibilidad de que los caballeros más enigmáticos de la historia pudieran haber dejado su huella en esta región, sigue fascinando. Ya sea verdad o ficción, estas leyendas continúan inspirando la imaginación de aquellos que sueñan con desenterrar los secretos de una tierra vasta y misteriosa, donde el eco de los templarios podría aún resonar silenciosamente entre sus montañas y valles.
+++Nada para nosotros Señor, nada para nosotros, sino a Tu nombre sea dada la Gloria+++