El último Gran Maestre Templario
Jacques de Molay (nace en el 1243 y muere el 19 de marzo de 1314). Noble franco y último Gran Maestre Templario. Miembro de la familia de Longwy-Rohan, originario de Francia, fue elegido Jacques de Molay como Gran maestre del Temple al final de 1292 a la muerte del monje Gaudin, siendo entonces Mariscal de la Orden.
Maestre Templario
Hay muchas más historias más o menos verosímiles sobre él, pero poca información contrastable sobre sus orígenes y su vida. Según una leyenda, cuando realizó el Camino de Santiago a finales del siglo XII dejó su espada como ofrenda en el castillo de Ponferrada (España).
Como ya hemos dicho, los templarios combatieron en las Cruzadas, lo que les ayudó a ganar grandes cantidades de dinero. De Molay también pasó mucho tiempo en el Próximo Oriente, para finalmente convertirse en jefe de la Orden.
Por aquel entonces los templarios ya eran famosos por poseer un tesoro legendario. Los reyes y nobles de Europa creían que eran increíblemente ricos, y algunos incluso llegaron a pensar que en sus correrías por Tierra Santa los templarios habían redescubierto el tesoro del rey Salomón y se habían enriquecido con él.
Haciendo caso de estos rumores, el rey de Francia Felipe IV decidió pedir dinero prestado a la Orden, pensando que tendría crédito casi ilimitado. Los templarios eran muy buenos administradores, pero cuando realizaban un préstamo esperaban recibir su reembolso algún día.
Este fue el principio del fin para los templarios: Felipe IV de Francia no tenía intención de devolver la cuantiosa deuda que había contraído con la orden. En lugar de reembolsar el dinero que les debía a los templarios, decidió aprovecharse de la situación. Pidió ayuda al papa Clemente V, y en 1307, numerosos miembros de la orden templaría fueron detenidos en Francia. Dio comienzo entonces la pesadilla de las torturas destinadas a obtener falsas confesiones que “probaran” que los templarios adoraban al Diablo. De Molay fue también depuesto de su cargo por orden del papa Clemente V en 1307.
La ejecución de los templarios
Por orden de Felipe IV, las torturas a los templarios se llevaron a cabo de las formas más terroríficas conocidas. Uno por uno, los hombres torturados por la inquisición medieval, aportaron falsas confesiones para poner fin a su sufrimiento. No obstante, el valeroso Gran Maestre se retractó de su confesión, y Felipe IV decidió quemarle en la isla del Sena que hay ante la catedral de Notre Dame de París.
Tras siete largos años, se puso fin a la tortura diaria de Jacques de Molay, y los cardenales acordaron sentenciarle a muerte. Según los testigos de la ejecución, de Molay no mostró miedo alguno, y pareció soportar el dolor durante su lenta muerte en la hoguera.
La mayoría de las piras para ejecuciones se preparaban de tal manera que las víctimas morían con rapidez. No obstante, en el caso de Jacques de Molay, prepararon la pira de tal manera que ardiera lentamente. Pero el último Gran Maestre, antes de su muerte hizo oír su voz con fuerza una vez más. Las consecuencias de sus últimas palabras probablemente provocaron que el rey y los cardenales se arrepintieran de no haberle permitido morir en unos pocos minutos, como al resto de caballeros.
Una maldición que aterrorizó a toda Europa
Mientras ardía en la hoguera, Jacques De Molay maldijo al rey Felipe IV de Francia, a sus descendientes, al papa Clemente V y a todos aquellos que habían sido responsables de su ejecución. De Molay exclamó que, en el plazo de un año y un día, Clemente V y Felipe IV morirían. Predijo además que el linaje de Felipe IV dejaría de reinar en Francia.
Ocurrió tal y como había anunciado De Molay, y la muerte alcanzó en primer lugar al papa Clemente V . Éste perdió su batalla contra una dolorosa enfermedad el 20 de abril de 1314. Poco después del Papa, el rey Felipe IV murió tras sufrir un accidente cuando estaba cazando. Una muerte trágica fue también el destino de todos los herederos de Felipe. Entre 1314 y 1328 murieron tanto los tres hijos varones como los nietos del rey francés. Catorce años después de la muerte de Jacques De Molay, la dinastía de los Capeto había dejado de existir, tras haber reinado en Francia durante 300 años.
¿Fue real la maldición de Jacques De Molay? ¿O cumplieron sus caballeros la venganza del Gran Maestre? La historia del último Gran Maestre y su terrible maldición causó conmoción en las cortes reales europeas. Del mismo modo, provocó la ruina política en Francia, ya que algunos de sus dirigentes temían colaborar con una familia real que parecía estar maldita.
Inspirados por la maldición
La historia se convirtió en el eje principal de la famosa serie de novelas históricas de Maurice Druon Los Reyes Malditos. Estos libros fueron publicados entre los años 1955 y 1977, y describen cómo era la realidad en tiempos de Jacques de Molay. También han sido adaptados para diversas películas y mini-series de televisión.
En septiembre del 2001, Bárbara Frale, paleógrafa italiana que trabaja en los Archivos Secretos del Vaticano, descubrió un documento conocido como el Pergamino de Chinon . En él se afirma que en 1308 el papa Clemente V absolvió a Jacques de Molay y al resto de la cúpula de los caballeros templarios de los cargos de que les acusaba la Inquisición. Seis años más tarde, el Vaticano publicó el documento como edición limitada de 800 copias.
En junio del 2011, el papa Benedicto XVI pidió perdón por la muerte de el ultimo gran Maestre Templario Jacques de Molay y reconoció que el Gran Maestre templario había sido víctima de falsas acusaciones. Siglos después de que la tragedia tuviera lugar, el Vaticano admitía que el Papa había prestado apoyo a unos asesinos, a sabiendas de que los templarios eran inocentes.
Autor: Natalia Klimczak
Fuentes:
M. Barber, The New Knighthood: A History of the Order of the Temple, 1994.
M. Barber, The Trial of the Templars, 2001.
H. Nicholson, The Knights Templar: A New History, 2001.
A. Demurger, Jakub de Molay. Zmierzch templariuszy, 2012.
Ésta es la verdadera causa y dónde proviene parte de la riqueza malhabida de los papas y la iglesia católica, y aún así se cree
No muy santos y libres de pecados
Hoy dia empiezen a pensar y las Iglesias llorar El valor que renian Los templarios …ya empezo la destrucion del cristianismo