El último Templario

El ultimo Templario de Manjarin

El último Templario de quién cuenta la leyenda, que las almas de los peregrinos que hacían el Camino de Santiago, cuando llegaban a la Gloria de Dios Padre, se vanagloriaban de los cuidados y atenciones que recibían en una pequeña cabaña de madera donde habita un Caballero Templario de edad avanzada y espíritu jovial.

Nuestro Señor Jesucristo emocionado de oír tan maravillosas alabanzas, mientras paseaba por la Vía Láctea entre estrella y estrella, decidió visitar a tan buen hombre bajando a la Tierra.

Conmovido observó el baussant, que ondeaba a la entrada de la cabaña. Su corazón tan sagrado como su figura, comenzaba a acelerarse a medida que se acercaba al pequeño altar con su Cruz y el Cristo, frente a quien, el Caballero Templario oraba y daba gracias a Dios, manifestando el honor que sentía por haber sido elegido soldado de la Blanca Milicia de Cristo.

Nuestro Señor pudo ver con cuánto amor el hermano Tomas atendía y ofrecía descanso y ayuda a todo peregrino que lo pudiera necesitar. Observó como la Humildad reflejada en el Manto Blanco con la Cruz Paté, solamente podía provenir del hombre, del soldado, del Templario que se cubría con él.

La Caridad y la Generosidad iban cogidas de su mano, siguiendo el camino de un corazón puro y un alma tan blanca como la nieve de los montes que le acompaña la mayor parte del año.

Entre el silencio y la soledad, con la compañía del peregrino y en la oración a su Cristo, van pasando los días. Los peregrinos vienen y van haciendo el Camino de la vida espiritual.

Tanta sencillez y humildad hizo estremecer a Nuestro Señor, quien recordó su propio nacimiento en un humilde pesebre elegido para acoger al Hijo de Dios.

Y el Rey del Mundo, Nuestro Señor, tuvo el mejor ejército protegiendo los Caminos y a los peregrinos. Guerreros, soldados valientes protegidos con la armadura completa del Cristo, unidos en hermandad en la Orden más Santa de la historia, Los Pobres Caballeros de Cristo del Templo de Salomón.

Cuenta la Leyenda que Jesús el Cristo después de visitar la pequeña cabaña de madera y ver la vida sencilla y humilde, así como la pureza de corazón que poseía el Templario que la habitaba, pidió a su Santísima Madre su protección para que lo cuidara como hizo con El.

A partir de ese día, los peregrinos que hacían el Camino siempre llevaban alguna ofrenda para quien con tanto amor les acogía protegiéndolos del frío y curaba las heridas de sus pies, cansados en su peregrinar.

Escrito está en la Historia la Leyenda de un guerrero, soldado y Templario que nunca abandonó su juramento, custodio y protector de los Caminos del Señor, ofreciendo su vida a la voluntad de su Dios.

Gloria, Fuerza y Honor por siempre al hermano, al soldado y último Caballero Templario de Nuestro Señor.

Dedicado de todo corazón, al hermano Tomás, a quien Nuestro Señor le conceda larga vida entre nosotros. «El último Templario de Manjarin».

+++Nada para nosotros, Señor, nada para nosotros, sino a Tu nombre sea dada la Gloria+++