Los Templarios y el Arca de la Alianza
Los Templarios y el Arca de la Alianza. Que pudo impulsar a nueve nobles cristianos buscar y llevar a cabo tan extrañas tareas en el seno de la Ciudad Santa en pleno siglo XII. Y las búsquedas apuntan directamente a Francia y a la figura de dos hombres: Hugo, conde de Champaña y San Bernardo de Claraval.
Tras varios viajes a Tierra Santa entre 1104 y 1115, Hugo de Champaña mantiene contactos con el Abad de la Orden del Cister, Esteban Harding, a quién le dona una tierra donde San Bernardo, quién había entrado en la orden tres años antes, funda la abadía de Claraval.
A partir de este momento los cistercienses, con ayuda de rabinos judíos, comienzan a estudiar minuciosamente textos sagrados hebreos.
¿Habría encontrado el conde de Champaña documentos importantes en alguno de sus viajes? Tras ser traducidos e interpretados, cabe la posibilidad de que se organizara una misión de búsqueda en Jerusalén, para lo cual fuera necesario contar con un comando de hombres devotos y leales.
Una misión altamente secreta
¿Es absurdo creer en la existencia de una misión altamente secreta en Tierra Santa? Hugo de Payns, el primer maestre de la Orden del Temple, natural de la región de Troyes en La Champaña, pertenecía a una familia noble y emparentada con la del conde Hugo, y era primo de San Bernardo.
Este, que se erigió en el gran valedor de los Templarios en Francia, era a su vez sobrino de otro de los fundadores de la recién creada orden militar, Andrés de Montbard.
Se ha dicho que durante los nueve primeros años los caballeros evitaron cuidadosamente que su pequeña tropa aumentara. Esto carecía de toda lógica si su verdadero propósito fuera el de defender los caminos y los Santos Lugares, pero los templarios rechazan cualquier compañía con la excepción de la del conde Hugo de Champaña, alrededor de 1125 o 1126.
Se dice que Salomón fundó una «Logia de Perfección» integrada por maestros, y que nueve caballeros guardaban con sus espadas los nueve arcos que conducían a la Cripta Sagrada. 9 caballeros guardaban el Arca y otros 9 trataban de encontrarla. 9 elegidos que han sido designados para combatir a los infieles y sin embargo no se batirán. 9 hombres designados que se comportarán como monjes, castos y sin posesiones, nada debe distraerles ni desviarles de su tarea. La misión está por encima de todo.
¿Tan importante es el Arca?
¿Tan importante es el Arca?, y sobre todo… ¿Qué es el Arca? Por el Libro del Éxodo sabemos que el arca es un cofre de madera de acacia, revestido de oro interior y exteriormente. Sus dimensiones eran 1,35 metros de largo por 0.8 de alto y ancho, con cuatro querubines cuyas alas se tocaban para formar el trono de Dios. Era tan sagrada que el sólo tocarla provocaba la muerte repentina.
¿Qué es el Arca de la Alianza? Su contenido
Pero lo importante no es el Arca en sí, sino su contenido: un recipiente con el maná, la vara de Aarón y sobre todo, las Tablas de la Ley, grabadas en piedra. Las Tablas de la Ley es algo sumamente valioso pues es fuente de saber y de poder, y ambos proceden de Dios. Se trata de una «ley divina». Inscritos en ellas estaban las tablas del Testimonio, la ecuación cósmica, la ley del número, medida y peso que la cábala permitiría descifrar.
Acceso al conocimiento del Arca de la Alianza
Poseer las Tablas del Ley significa tener posibilidad de acceso al conocimiento de la Ley que rige los mundos. Se comprende que Moisés no engañaba al pueblo hebreo cuando le prometía dominio por las Tablas de la Ley. Se empieza a comprender por qué Esteban de Harding y Bernardo de Claraval se dedicaban en su abadía al estudio de los textos hebraicos traídos de Jerusalén por Hugo de Champaña.
Porque los textos hebreos son el tratado de lectura de las piedras, pero estas si aún existen, se hallan en algún lugar bajo el Templo de Salomón, y alguien tiene que ir a buscarlas. Y aquí entran en acción los Templarios.
Una misión culminada con éxito
¿Encontraron los Templarios el Arca de la Alianza que YAVHE ordeno construir a Moisés en El Monte Sinaí, y que, según la tradición, se guardaba en los sótanos del Templo de Salomón en Jerusalén? No puede darse una respuesta sincera a esta cuestión. Sin embargo, algo ocurrió a los nueve años, otra vez el nueve, de iniciada la misión: Hugo de Payns y otros cinco Templarios regresan a Francia.
Según la historia oficial, en 1127 Balduino II, rey de Jerusalén, se halla en dificultades por falta de combatientes y recurre a la ayuda del Papa. Desea enviar un mensaje de socorro y pide al maestre templario que sea él su embajador ante el pontífice. Hugo de Payns no era ni consejero ni mensajero del rey, sino que es el cabecilla de una tropa militar creada expresamente para la defensa del nuevo reino cristiano.
Es cuando menos sospechoso que Balduino recurriera al caballero templario para semejante misión, en vez de encomendársela a uno de sus embajadores, o en ausencia de estos, a cualquier otro noble de confianza no asentado de forma permanente en Tierra Santa que después de cumplir su voto de cruzada retornase a su hogar, algo muy común en la época.
Pero el rey envía al maestre templario y este parte con seis de sus nueve caballeros, abandonando sus deberes en Ultramar. Un viaje que podemos suponer, debió realizarse acatando un plan establecido desde el otro lado, posiblemente por San Bernardo. Los caballeros habían tenido éxito en su misión y debían volver a occidente.
Grandes Cambios
A partir de ese momento van a darse grandes cambios que van a afectar a la Orden del Temple y a toda Europa, pero el propio San Bernardo nos da una pista. Lo primero que hizo fue gestionar a favor de su pariente Hugo de Payns y los Templarios que le acompañaban, una acogida positiva y cordial por parte del Papa Honorio II, a quien los fundadores del Temple estaban a punto de visitar en Roma.
De acuerdo con la propuesta de Bernardo, en la primavera de 1228, se celebró un concilio extraordinario en Troyes.
Los caballeros hasta ese momento, aunque acogidos a la regla monástica de San Agustín, eran laicos, pero tras el Concilio de Troyes los Templarios se convierten en verdaderos monjes, integrantes de una orden religiosa plena y no de una simple agrupación de caballeros.
Además, se encarga al Abad de Claraval que redacte una Regla original para la nueva Orden del Temple, y San Bernardo escribe: «La obra se ha llevado a cabo con ayuda de Nós. Y los caballeros han sido convocados en la Marca de Francia y de borgoña, es decir, en Champaña, bajo la protección del conde de Champaña, allí donde pueden tomarse todo tipo de precauciones contra la injerencia de los poderes públicos o eclesiásticos; allí donde, en esta época, se puede asegurar del mejor modo posible un secreto, una custodia, un escondite».
La obra se ha llevado a cabo. Los caballeros han sido convocados. Un secreto. Un secreto que hemos realizado «Nós», es decir, él y sus caballeros, «bajo la protección del conde de Champaña».
Como ya se dejó entrever, tres años antes, Hugo de Champaña, uno de los más grandes señores feudales de Francia, había abandonado sus tierras y repudiado a su mujer e hijos para unirse a la Orden, para mayor Gloria de Nuestro Señor.
+++Nada para nosotros, Señor, nada para nosotros, sino a Tu nombre sea dada la Gloria+++