En la historia del cristianismo medieval, pocos personajes han dejado una huella tan profunda como Bernardo de Claraval, un hombre que desempeñó un papel crucial en la expansión del Cister y en la creación de la Orden del Temple. Aunque no fue un druida en el sentido literal, la profunda espiritualidad y sabiduría que mostró a lo largo de su vida lo hicieron merecedor del apodo «El Viejo Druida». A través de sus enseñanzas, escritos y acciones, Bernardo de Claraval moldeó una era, guiando a Europa hacia una espiritualidad más austera y disciplinada, mientras ayudaba a consolidar una orden militar-religiosa que desempeñó un papel vital en las Cruzadas.
¿Quién fue Bernardo de Claraval?
Bernardo de Claraval nació en 1090 en Fontaines, cerca de Dijon, en Francia. A una edad temprana, Bernardo decidió unirse al monasterio de Cîteaux, fundado por Roberto de Molesmes en 1098. Este monasterio fue el primero de la orden cisterciense, un movimiento que buscaba reformar el monacato, alejándose de la opulencia y volviendo a una vida de simplicidad, oración y trabajo manual. Fue aquí donde Bernardo comenzó a destacar por su carisma, sabiduría y profunda devoción.
A lo largo de su vida, Bernardo de Claraval fue un ferviente defensor de la reforma de la Iglesia, luchando contra la corrupción dentro del clero y promoviendo una vida espiritual más pura. Su liderazgo en la Orden del Cister, también conocida como el Cister, le permitió expandir su influencia, estableciendo numerosos monasterios por toda Europa.
El Impacto de Bernardo en la Orden del Cister
La Orden del Cister fue el corazón de las reformas monásticas que Bernardo apoyaba. Su enfoque en una vida austera, alejada del lujo que había comenzado a permear en las otras órdenes, fue un retorno a los principios del monacato original. Los monjes cistercienses vivían en estricta observancia de la Regla de San Benito, dedicando su tiempo a la oración, el estudio de las escrituras y el trabajo manual.
Bajo la dirección de Bernardo de Claraval, el Cister se expandió rápidamente, llegando a establecer más de 300 monasterios en toda Europa. La reputación de la orden como un bastión de pureza espiritual atrajo a muchos jóvenes nobles que buscaban una vida dedicada a Dios.
El Apoyo de Bernardo de Claraval a la Orden del Temple
Uno de los aspectos más significativos de la vida de Bernardo de Claraval fue su apoyo a la Orden del Temple, una orden militar cristiana fundada en 1119 por Hugo de Payens y otros caballeros franceses. Esta orden nació con el propósito de proteger a los peregrinos que viajaban a Tierra Santa y jugó un papel crucial en las Cruzadas.
Bernardo vio en los templarios una síntesis perfecta entre la vida monástica y la defensa de la fe. En 1129, fue responsable de escribir la «In Praise of the New Knighthood» (En defensa de la nueva caballería), un tratado que promovía y defendía la existencia de la Orden del Temple, mostrando cómo los templarios combinaban la vida de oración con el combate militar, dedicando sus vidas a Dios de una manera distinta pero igualmente válida.
Gracias al apoyo de Bernardo de Claraval, la Orden del Temple ganó reconocimiento y apoyo en toda Europa, atrayendo tanto a caballeros como a patrocinadores poderosos. Con el tiempo, los templarios se convirtieron en una de las organizaciones más ricas e influyentes de la Edad Media.
Bernardo y la Espiritualidad Druida
Aunque Bernardo de Claraval no tenía ninguna conexión directa con los druidas de la antigua Europa celta, el término «druida» en su apodo refleja su inmensa sabiduría y su conexión con la naturaleza y lo divino. En muchos sentidos, Bernardo personificaba el arquetipo de un sabio líder espiritual, al igual que los druidas representaban para las culturas celtas.
La capacidad de Bernardo de Claraval para inspirar a sus contemporáneos, su profundo conocimiento de las escrituras y su habilidad para mediar en disputas complejas entre reyes y clérigos lo convirtieron en una figura casi mítica. En una época de oscuridad y conflicto, Bernardo fue una luz guía, un hombre cuyo conocimiento trascendía el ámbito humano y se adentraba en lo divino.
La Influencia de Bernardo en las Cruzadas
Bernardo de Claraval jugó un papel crucial en el llamado a la Segunda Cruzada (1147-1149). Tras la caída de Edessa en 1144, los cristianos de Europa se sintieron desolados. El Papa Eugenio III, un discípulo de Bernardo, le pidió que fuera el encargado de predicar una nueva cruzada. La elocuencia de Bernardo fue fundamental para inspirar a miles de personas, incluidos reyes y nobles, a unirse a esta empresa.
Sin embargo, la Segunda Cruzada terminó en fracaso, lo que llevó a Bernardo a recibir duras críticas. A pesar de esto, él aceptó la responsabilidad con humildad, viendo el resultado como una prueba divina.
Bernardo de Claraval y la Devoción Mariana
Otro aspecto clave de la espiritualidad de Bernardo de Claraval fue su devoción a la Virgen María. Fue uno de los primeros en promover de manera activa el culto mariano en toda Europa, estableciendo la base de muchas de las oraciones y himnos dedicados a María que aún se utilizan en la liturgia católica hoy en día. En sus escritos, Bernardo habla de María como la intercesora por excelencia, alguien a quien los fieles pueden recurrir en tiempos de necesidad.
Su devoción a la Virgen María fue tan influyente que a menudo se le atribuye la popularización del «Ave María» en la forma en que lo conocemos actualmente.
La Obra Escrita de Bernardo de Claraval
El legado de Bernardo de Claraval no solo se encuentra en sus acciones, sino también en sus escritos. A lo largo de su vida, produjo una gran cantidad de sermones, cartas y tratados teológicos. Entre sus obras más conocidas se encuentran los sermones sobre el «Cantar de los Cantares», donde explora la relación entre el alma y Dios en términos profundamente poéticos y místicos.
Su obra no solo tuvo una influencia en la teología medieval, sino que también ayudó a definir la espiritualidad cisterciense, guiando a generaciones de monjes y laicos en su búsqueda de una vida más cercana a Dios.
La Muerte de Bernardo y su Canonización
Bernardo de Claraval falleció el 20 de agosto de 1153. Tras su muerte, fue canonizado en 1174 por el Papa Alejandro III y en 1830 fue proclamado Doctor de la Iglesia por el Papa Pío VIII, un honor reservado a aquellos cuyos escritos y enseñanzas han tenido un impacto profundo en la doctrina católica.
El Legado de Bernardo de Claraval Hoy
El legado de Bernardo de Claraval sigue vivo en la actualidad. Sus enseñanzas sobre la vida monástica, su apoyo a las cruzadas y su defensa de la Orden del Temple siguen siendo estudiadas por historiadores y teólogos de todo el mundo. Además, la Orden del Cister, que él ayudó a consolidar, sigue existiendo, con monasterios que continúan la vida de oración y trabajo manual que Bernardo defendió hace siglos.
Conclusión
La vida de Bernardo de Claraval es un testimonio de la influencia que un solo hombre puede tener en la historia de la humanidad. Desde su papel en la expansión del Cister hasta su apoyo a la Orden del Temple y su participación en las Cruzadas, Bernardo fue una figura clave en la Europa medieval. Su profunda espiritualidad, sabiduría y carisma lo convirtieron en una de las personalidades más veneradas de su tiempo, y su legado sigue siendo una fuente de inspiración en la actualidad.
Preguntas Frecuentes
1. ¿Qué fue la Orden del Cister y cuál fue su relación con Bernardo de Claraval?
La Orden del Cister fue una reforma monástica que promovía una vida austera y disciplinada. Bernardo de Claraval fue uno de sus principales promotores, ayudando a expandir la orden por toda Europa.
2. ¿Cuál fue el papel de Bernardo en la creación de la Orden del Temple?
Aunque no fundó la Orden del Temple, Bernardo apoyó y promovió su causa, ayudando a consolidar su prestigio y atrayendo patrocinadores.
3. ¿Qué relación tenía Bernardo con los Druidas?
Aunque Bernardo no estaba vinculado a los druidas históricos, su apodo «El Viejo Druida» refleja su sabiduría y liderazgo espiritual.
4. ¿Por qué se considera a Bernardo de Claraval un Doctor de la Iglesia?
Fue declarado Doctor de la Iglesia debido a la profundidad de sus enseñanzas teológicas y su impacto en la espiritualidad cristiana.
5. ¿Qué importancia tuvo la devoción mariana para Bernardo?
La devoción a la Virgen María fue central en la vida espiritual de Bernardo, y su promoción del culto mariano influyó en la liturgia
católica.
