“Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones”. – Isaías; 56,7
“Pero ustedes han hecho de ella una cueva de ladrones”. – Jeremías; 7,11
Mi casa de Oración
Templarios y Caballeros… la casa de Nuestro Señor, el lugar llamado por El la casa de oración para todas las naciones. La casa de oración mancillada y envilecida por el odio y la avaricia de quienes la han convertido en cueva de ratas y ladrones. Malditos los que pudiendo no quieren y malditos los que pueden continúan humillando y envileciendo el alma y la dignidad del ser humano.
Malditos los gobiernos que trafican y negocian provocando conflictos y guerras en el mundo, sembrando los caminos de cuerpos sin vida, que inundan con su sangre la casa de Nuestro Señor.
Malditas sean las religiones y maldito el Vaticano y su santo padre y malditas sus manos manchadas de sangre y maldita su boca amordazada por el miedo y el silencio, incapaz de pronunciar la palabra “perdón” por los crímenes cometidos a lo largo de su historia.
Malditos los que juegan con el hambre de millones de seres humanos y malditos los que sonríen y se divierten con la miseria que ellos mismos provocan.
Malditos los estados y naciones con sus parlamentos y sus formas de gobierno y maldita la boca que pronuncia y maldita la mano que escribe las leyes que explotan y esclavizan a sus ciudadanos.
Caballero y Templario… Dios no te escogió de entre sus mejores guerreros para que fueras coleccionista de cruces, diplomas ni títulos que enaltecen tu soberbia y resaltan tu prepotencia haciéndote perder en un mundo apegado a las cosas materiales y el egocentrismo.
Has sido escogido para librar las batallas más difíciles, ofreciéndote un Manto Blanco con una Cruz Paté para protegerte de todas las amenazas y de todos los peligros. Y también te ha dado una Espada Templaría para impartir su Justicia y defender a los más débiles.
Eres Templo de Dios que llevas su Espíritu y su Luz, para guiar y alumbrar los corazones de todos los seres humanos y sembrar en ellos la Fe y la Esperanza en un mundo de Paz, Justicia y Libertad. Y el mundo será Templario o no será mundo.
Dejas salir al guerrero que llevas dentro y no cedas ni descanses hasta librar todas las batallas que se presenten y salgas victorioso de todas y cada una de ellas, para mayor Gloria de Nuestro Señor.
+++Nada para nosotros, Señor, nada para nosotros, sino a Tu nombre sea dada la Gloria.+++
Wao,más explicito no hay