Viendo Pasar la Vida

Templario y Caballero… y estas viendo pasar la vida delante de tus ojos como diapositivas que parecen perdidas, pero que a medida que se van uniendo forman una película que te muestra todo lo acontecido, vivido, y todo lo sufrido en esta vida, empujada por el tiempo, cambiando en cada acontecer, de color, de interés, de emoción.

Viendo pasar la vida llena de momentos y sensaciones incontrolables, de pensamientos añejos, de recuerdos de tiempos pasados que completan el puzle de toda una vida entremezclada de amor y odio, de alegrías y tristezas, de lo propio y de lo ajeno. De vivencias que son experiencias desechables en los tiempos que estamos viviendo.

Y te llenas de inquietud viendo pasar la vida. Y te asaltan las dudas al pensar si valió la pena tanta lucha y tanta sangre derramada. Tantísimas vidas perdidas.

Y te preguntas en lo más profundo de tu Ser, si pudieras, si tu pudieras desear un deseo en bien de toda la Humanidad, ¿Cuál sería ese deseo?

Sin dudarlo desearía “Paz y el Fin a todas las guerras” en la Tierra. Pero reconoces que esto no será posible hasta que los hombres reconozcan su Divinidad y comprendan el propósito de su vida en este mundo.


Templario… viendo pasar la vida entiendes que, a lo largo de la historia de la humanidad, siempre ha habido guerras y siempre las habrá. Guerras sobre conceptos tales como libertad, honor, dignidad, etc. Guerras sobre territorios, codicia, poder, prejuicios etc.

La guerra es parte de la naturaleza humana. Todo ser humano tiene prejuicios y lo manifiesta cuando no le gusta la raza, la nacionalidad o la religión que profesa o no le gustan las personas que creen en Dios. Lo que es correcto y apropiado para algunas personas, puede ser incorrecto o incluso enfurecer a otras personas.

La razón principal de la guerra, es la lujuria del poder. El poder de hacer que otros hagan y crean como lo hace y cree el mismo. El poder de hacer que otras personas le rindan lo que cree que es legítimo suyo. El poder de hacer que otras personas lo traten como él debe ser tratado. El poder de poseer o ganar lo que se quiere, dinero, amor, respeto, etc…

Evitar que otros tengan cosas o pensamientos que él no tiene. El poder, de ser, de alguna manera, Dios, para hacer que todos los demás estén a su imagen como gobernante.

La religión no puede detener las guerras, de hecho, muchas guerras se inician por la religión. Viendo pasar la vida, comprendes que, la religión se utiliza como excusa para la guerra y no como la verdadera razón por la cual Nuestro Señor fue crucificado, el fin de las guerras y la paz entre todos los seres humanos, como hijos por igual y sin diferencias, del Dios Padre y Creador.

Caballero y Templario…gana la guerra solamente en tu interior para poder estar en paz contigo mismo y luego combate sin descanso a la lujuria, a la avaricia, a la envidia, a los prejuicios y a la ira, cubriéndote con el Manto Blanco de Dios y la Cruz Paté.

Lucha con valentía hasta derrotar a la injusticia y a la tiranía, con tu Espada Templaria, la espada de la paz, de la justicia y de la libertad.

Protégete con el escudo de la Fe, de los Principios y Virtudes Templarias y déjate guiar por la Palabra Verdadera de Jesucristo, Nuestro Señor, y habrás vencido en la guerra más difícil de todas, con valentía, honor y dignidad, y las puertas del Cielo se te abrirán para que entres con la humildad que lo hace un Templario, un guerrero, un soldado de la Blanca Milicia de Cristo, para mayor Gloria de Nuestro Señor.

+++Nada para nosotros, Señor, nada para nosotros, sino a Tu nombre sea dada la Gloria+++

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antolinvall
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