La Lucha Espiritual del Templario

La Lucha Espiritual del Templario

La lucha espiritual del Templario en sus actos y servicios hacia los demás, no debe ser brutal. No debe embriagarse en forma ofensiva. No debe ser ni inmoral ni amoral. No debe ser cobarde ni bestial. No debe mentir ni tener intenciones maliciosas. No debe buscar posiciones de engrandecimiento dentro de la Orden. Se contentará con aquellos puestos que le sean concedidos para mejor servirla. No debe juzgar a nadie dentro o fuera de la orden por sus posesiones o por su posición social.

Principios y Valores

Antes, al contrario, debe juzgar por el carácter y la bondad o falta de ellos. Debe expresar verdadero sometimiento a los Principios del Temple y obediencia a su régimen en todas las cosas de la Orden, en tanto entienda que todos son verdaderos Templarios y merezcan dicha obediencia.

Debe ser un verdadero patriota hacia la tierra que Dios le está reservando. No debe cazar a ninguna criatura ni por vanidad ni por deporte. Debe mantenerse firme y veraz en las justas causas de Dios. No tomará actitud ofensiva contra ningún hombre por la forma en que se dirige a Dios, aunque ésta sea diferente o extraña.

Antes, al contrario, el templario deberá corregir su actitud y aconsejarlo de buena manera y a la vez deberá intentar entender cómo otros se acercan a Dios. Debe siempre ser consciente de que es un soldado del Temple y tratar siempre que sus obras sean un ejemplo para los demás. El Templario no se rebela contra los abusos, sino contra los usos.

La Fuerza espiritual

Los hombres que han cambiado la faz del universo, jamás lo han conseguido dirigiéndose a los jefes, sino agitando a las muchedumbres. El primer procedimiento es intriga y no produce sino resultados secundarios. El segundo es la marca del genio y cambia el aspecto del mundo.

La victoria íntima de un pueblo sobre las fatalidades, será siempre además del triunfo heroico, un modificador de viejos dogmas sobre la moralidad personal de un pueblo y de una creencia, demostrando la capacidad de uno mismo para liberarse del mal que lo atenaza, a través de la lucha mística. Debemos considerar, tres aportaciones fundamentales, que hacen factible la conquista en la mecánica de los movimientos tomadores en uno mismo, son estos:

*La fuerza interna puede ganar una pugna contra fatalidad.

*No siempre hay que esperar a que se den todas las consideraciones para la lucha, ya que siempre hay que estar alerta, pues solo un rumor puede crear esa disputa.

*En las conciencias subdesarrolladas, el terreno de la lucha confeccionada debe ser fundamentalmente dirigida por los que parecen no ser entendidos en el mundo de la materia.

De estas tres aportaciones, las dos primeras luchan contra la actitud inmóvil del Templario que se refugia con su indiferencia, en el pretexto de que contra la fatalidad pasada nada se puede hacer, y algunos otros se sientan a esperar a que, en una forma mecánica, se den todas las condiciones justas y anímicas necesarias sin preocuparse ni tan siquiera en conocerlas.


Claro, como resulta hoy para todo el mundo, estas verdades evidentes fueron antes disputadas entre los Templarios y probablemente sean disputadas también por los que forman parte de la autenticidad divina. Naturalmente, cuando se habla de la lucha espiritual sale a relucir una risa irónica, pues muchos pueden pensar que somos fanáticos espirituales; hay quien, al examinar dichas reflexiones, sienten un pánico especial, y se dan prisa en esconder sus ideales predeterminados.

Las bases de su lucha espiritual

Cuando es preguntado por sus preferencias anímicas, deja de un lado sus afectos hacia los que enarbolamos las actitudes primarias de la victoria heroica.

La lucha espiritual, base de la lucha de un pueblo por redimirse, tiene diversas modalidades, aspectos distintos, aun cuando exista siempre la misma voluntad fundamental de disuadirse. Además, tiene una serie de condiciones y de leyes a seguir, las cuales sin su admisión personal hacen de la lucha un terreno inapropiado en el cual se hace distante la idea de una conquista resonada.

Pero las leyes esenciales tienen eficacia para cualquier tipo de lucha espiritual y personal. Encontrar las bases en las que se reafirma este tipo de lucha, las reglas a seguir por los pueblos que buscan su conquista gloriosa; teorizar lo hecho y lo demostrado, estructurar y generalizar esta y otras experiencias por el beneficio de otros, esa es nuestra tarea del momento, sin olvidar el testimonio de nuestros hechos y de nuestras palabras.

+++Nada para nosotros Señor, nada para nosotros, sino a Tu nombre sea dada la Gloria+++

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antolinvall
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