La Orden de Los Celestinos

La Orden de Los Celestinos

Papa Celestino V (Fundador de la Orden de los Celestinos)

La Orden de los Celestinos fue fundada por un ermitaño calabrés en 1260, cuarenta y siete años antes de la supresión de la Orden del Temple y en todo el apogeo de su influencia y poder. En 1294, tras un periodo de dos años en los que el trono pontificio había estado vacante, el fundador de la Orden de los Celestinos fue elegido papa. Aquel santo varón de origen humilde, que se llamaba Pietro da Morrone, se convirtió en el papa Celestino V.

El alborear del siglo había visto la supresión de la herejía catara bajo el ímpetu arrollador de la Cruzada Albigense y el establecimiento de la Orden Dominicana como la nueva «milicia de Cristo», las tropas espirituales de choque con las que contaba Roma.

La iglesia estaba todavia al ataque contra la herejía declarada o sospechosa, empeñada en erradicar cualquier atisbo de gnosticismo. Las creencias cataras estaban firmemente arraigadas en la fe gnóstica de la autorrealización, que tanto había alarmado a los padres de la antigua Iglesia de Roma.

Las semillas de la herejía se habían expandido por el oeste desde las ruinas del Imperio Bizantino a la vez que por Italia y el sur de Francia, y en la segunda mitad del siglo XI la herejía se había asentado firmemente en las regiones montañosas del Languedoc.

En el año 1176 Raimundo, conde de Toulouse, describía su ciudad como » inundada de herejes «. Aquello marco el comienzo de una coalición de fuerzas para combatir la situación, apoyada por Roma y provista de un mandato terrible y transcendental.


Tal acto de guerra dirigido contra cristianos hermanos se llamo la cruzada albigense por el gran numero de cataros que vivían en la ciudad de Albi y sus alrededores. Entre 1208 y 1256 los «cruzados» del papa arrasaron las areas «infectas» del sur de Francia en un intento asesino por erradicar para siempre la herejía del catarismo.

Victoriosa en gran medida, la Iglesia pronto vio la necesidad de solucionar el problema de una vez y para siempre. A tal fin se estableció la primera Inquisición Católica bajo la jefatura evangélica de santo Domingo. El método de los inquisidores fue el de la infiltración: constituir sus tribunales en las aldeas montañosas del Languedoc y apagar cualquier rescoldo del dualismo, que rechazaba el mensaje de la Roma católica y propugnaba la salvación personal del individuo.

Al tiempo de la elección de Celestino V en 1294 el recuerdo de la herejía catara, que había afectado tanto a Italia como a Francia, estaba todavia reciente en el pensamiento de la Iglesia. La elección de un candidato tan improbable- un monje y antiguo ermitaño- fue vista en consecuencia por los elementos mas heréticos de la sociedad cristiana como el cumplimiento de una profecía celestial.

Los joaquinistas, secuaces de Joaquín de Fiore, un calabrés como Celestino, habían aguardado el año 1260 para el que se había profetizado un cambio en el orden establecido de una Iglesia que ellos consideraban , al igual que sus predecesores los cataros, corrompida y falsificadora del verdadero mensaje de Jesús.


Por ello la elección de Pietro da Morrone había estimulado aquella herejía particular hasta alcanzar nuevas cotas de expectación. La breve y trágica carrera papal de aquel hombre devoto apenas duro tres meses y medio, a los que siguieron de inmediato la prisión y la muerte.

Mientras su espiritu languidecía y moría durante su encarcelamiento en la torre de Fumone, tambien se habían apagado las esperanzas de los joaquinistas en una nueva era de amor y de esperanza eterna, libre de la influencia romana y católica. Una era que ellos habían creído se iniciaba con el papa Celestino V.

Los monasterios de la Orden de los Celestinos florecieron despues de la muerte de su fundador y gozaron del patronazgo de la nobleza francesa en un grado inusual. El cuadro del papa Celestino V, realizado por un artista francés anónimo del siglo XVI, estuvo colgado en el monasterio celestino de Marcoussis hasta la Revolucion francesa  y la disolución final de esta Orden.

+++Nada para nosotros Señor, nada para nosotros, sino a Tu nombre sea dada la Gloria+++

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antolinvall
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