Origen de los Caballeros Templarios
La historia de los Caballeros Templarios es fascinante y ha capturado la atención de historiadores y entusiastas por siglos. Sin embargo, un aspecto menos conocido pero igualmente intrigante es la supuesta llegada de los Templarios a América antes del descubrimiento oficial del continente por parte de Cristóbal Colón. Esta teoría ha generado muchas especulaciones, investigaciones y, en algunos casos, polémicas, pero sigue siendo un tema fascinante para explorar.
Los Caballeros Templarios fueron una orden militar y religiosa fundada en 1119, después de la Primera Cruzada, con el propósito de proteger a los peregrinos cristianos que viajaban a Tierra Santa. La orden rápidamente ganó poder, prestigio y riqueza, gracias a su relación directa con el papado y su participación en las Cruzadas. A lo largo de los años, los Templarios desarrollaron un complejo sistema financiero que los convirtió en una de las organizaciones más influyentes de su tiempo.
Su historia es un relato de gloria y caída. En 1307, bajo la orden del rey Felipe IV de Francia y con el apoyo del Papa Clemente V, los Templarios fueron arrestados y acusados de herejía. Muchos de sus líderes fueron ejecutados, y la orden fue oficialmente disuelta en 1312. Sin embargo, hay teorías que sugieren que algunos de sus miembros lograron escapar con sus tesoros y conocimientos secretos.
Teorías sobre la llegada de los Templarios a América
Una de las teorías más intrigantes sobre los Templarios es su posible viaje a América antes de 1492. Esta hipótesis se basa en la creencia de que algunos miembros de la orden, huyendo de la persecución en Europa, buscaron refugio en tierras desconocidas. Aunque no existen pruebas concluyentes, varios indicios apuntan a que los Templarios podrían haber tenido el conocimiento y los medios para realizar tal travesía.
El conocimiento náutico de los Templarios
Los Caballeros Templarios no solo eran guerreros, sino que también tenían acceso a avanzados conocimientos de navegación. Durante las Cruzadas, la orden estableció relaciones comerciales con diversas culturas, incluidas las árabes y bizantinas, que poseían un profundo conocimiento en cartografía y navegación. Algunos historiadores sugieren que los Templarios pudieron haber obtenido mapas secretos o información privilegiada sobre tierras más allá del Atlántico.
Además, se sabe que la orden mantenía una flota de barcos en el puerto de La Rochelle, en la costa oeste de Francia. Tras la disolución de los Templarios, algunos de estos barcos desaparecieron sin dejar rastro, lo que ha alimentado las teorías de que partieron en busca de nuevas tierras.
Simbolismo templario en América
Otro aspecto que ha intrigado a los investigadores es la presencia de símbolos asociados con los Templarios en América. Se ha especulado que ciertos marcadores, como cruces y construcciones de estilo europeo, podrían ser evidencia de que los Templarios llegaron a América mucho antes de la llegada de los exploradores españoles. En particular, algunos estudios se han centrado en los petroglifos y estructuras en lugares como Oak Island, en Canadá, que presentan iconografía similar a la de los Templarios.
Sin embargo, estos hallazgos son controvertidos, y muchos académicos los consideran coincidencias o interpretaciones erróneas. No obstante, la persistencia de estas teorías sigue alimentando el interés sobre el posible vínculo entre los Templarios y el Nuevo Mundo.
La influencia de los Templarios en el mundo moderno
Aunque la orden fue disuelta oficialmente en el siglo XIV, el legado de los Templarios ha perdurado a lo largo de los siglos. Su influencia se ha extendido más allá de la historia medieval, penetrando en la cultura popular, la literatura y las teorías de la conspiración. Algunos autores sugieren que los conocimientos y tesoros acumulados por los Templarios nunca se perdieron por completo, sino que fueron preservados y transmitidos en secreto por otras organizaciones.
Entre estas organizaciones, destaca la Masonería, que a menudo es vinculada con los Templarios debido a sus rituales y símbolos similares. Aunque no existen pruebas definitivas de un vínculo directo entre los Templarios y los masones, la idea de que los conocimientos secretos de los Templarios sobrevivieron en manos de otros grupos sigue siendo una creencia popular.
Los Templarios y la búsqueda de reliquias sagradas
Otro aspecto fascinante de la historia de los Templarios es su relación con las reliquias sagradas. Durante las Cruzadas, los Caballeros Templarios fueron conocidos por su búsqueda de artefactos de gran valor religioso, como el Santo Grial y la Lanza del Destino. Algunas teorías sugieren que los Templarios pudieron haber llevado estas reliquias a América, donde las habrían escondido en un lugar secreto.
En particular, la leyenda de Oak Island, un lugar en la costa de Nueva Escocia, ha capturado la imaginación de muchos. Se cree que allí podría estar enterrado un tesoro templario, posiblemente relacionado con el Santo Grial. Aunque las excavaciones en Oak Island han revelado varios artefactos intrigantes, el misterio sigue sin resolverse.
Algunos autores sostienen que los Templarios iban y venían de América con barcos cargados de plata, que posteriormente concentraban en la ciudad francesa de Sours.
Tras la disolución de la Orden del Temple, los templarios españoles ingresaron en masa en la Orden de Calatrava, y parece seguro que fue en el convento de dicha orden donde Cristóbal Colón, que se alojó allí, halló los elementos que le dieron la certeza en cuanto a la existencia de las Indias Occidentales.
En Portugal fue creada especialmente para los templarios supervivientes la Orden de Cristo, que usaba la cruz templaría, la cruz de gules pateada. Cuando los portugueses de Enrique el Navegante se lanzaron al descubrimiento de los océanos pareciendo saber exactamente a donde iban, sus velas debían llevar obligatoriamente la cruz roja de la Orden del Temple.
Los marinos portugueses tenían prohibido navegar más allá de Cabo Mogador sino portaban en dicho pabellón la Cruz, que, por otra parte, también se hallaba en las tres embarcaciones colombinas. Precisamente en el país vecino estuvo el almirante genovés, no sólo para encontrar financiación para su empresa, sino con el fin de estudiar las cartas marítimas que guardaba la Orden de Cristo y que se consideraban las más completas del mundo.
Por otra parte, el Temple poseía una flota propia y contaba con puertos que miraban no solo al Mediterráneo sino también al Atlántico. Destacamos la enigmática encomienda francesa de La Rochelle, en la que el Temple disponía de un puerto muy importante cuya ubicación, apartada de las rutas usuales, no estaba justificada en modo alguno.
Este puerto se hallaba fuertemente protegido por unas cuarenta encomiendas en un radio de ciento cincuenta kilómetros y su importancia podría ser enorme de ser cierta la confesión de un templario.
Por su parte, los conquistadores españoles se encontraron en la península de Yucatán una leyenda que narraba que unos hombres blancos llegaron a sus costas en grandes barcos.
Y estos altos y hermosos hombres, que vestían extrañas vestimentas, fueron generosos y llevaron a las gentes mayas grandes conocimientos.
Una de las cosas que más asombró a los religiosos que acompañaron a Colón, fue que los indios no se extrañaban al ver la cruz ni al contemplar a los caballeros armados. Es más, incluso parecía que los estaban esperando.
Algunas de sus tradiciones hablaban de que “llegará un día en el que vendrán por mar grandes hombres, vestidos de metal, que cambiarán nuestras vidas para bien”. También los mayas adoraban a Kukulkán, un dios “blanco y barbado” y a una cruz, en la cual murió “un hombre de luz que vivirá eternamente”. ¿Pudieron ellos solos alimentar esta idea, tan cercana al cristianismo?
Conclusión
La posible llegada de los Caballeros Templarios a América sigue siendo un tema envuelto en misterio y especulación. Aunque no hay pruebas concluyentes que confirmen esta teoría, los indicios que han surgido a lo largo de los años continúan fascinando a historiadores y entusiastas de los misterios históricos. Ya sea que los Templarios hayan llegado a América o no, su legado sigue siendo uno de los capítulos más enigmáticos y perdurables de la historia medieval.
+++Nada para nosotros, Señor, nada para nosotros, sino a Tu nombre sea dada la Gloria+++
según el libro “Rosslin fue alí antes C.Colon duque StClair que después construía “Capailla” con motivos de América