El Perdón de Corazón
El perdón de corazón es obviamente un beneficio para el perdonado, pero también sirve al perdonante, que también está interesado en ver recompuesto total o parcialmente sus relaciones con el ofensor y en ocasiones cumple, al perdonar, una obligación moral o religiosa, y a la sociedad, pues contribuye a la paz y cohesión social, y evita espirales de venganzas, motivo por el que religiones y diversas corrientes filosóficas lo recomiendan».
¿Cómo Caballeros Templarios a quien debemos ofrecer nuestro perdón?
Somos Templos de Dios, por lo tanto, el perdón está grabado en nuestra mente y en nuestro corazón, pues brota directamente de la esencia Divina de nuestra Alma.
Debemos y tenemos que ejercer el perdón por muy graves que sean las ofensas y por muy duros y penosos que sean los actos que se hagan contra nosotros. El perdón sentido y sincero es la mayor ofrenda que podamos ofrecer a Nuestro Señor.
Ofrecemos y concedemos el perdón a quienes nos ofenden, a los infieles, a los traidores, a los acosadores, a los violadores, a todos ellos, ofrecemos nuestro perdón.
Debemos ser generoso concediendo el perdón a todos los seres de este mundo, pues hasta el más inhumano de todos ellos es criatura de Dios Nuestro Señor, y nos encomendamos a su Justicia Divina, que con toda seguridad se cumplirá.
¿Pero y si el acto pecaminoso es cometido por un Caballero Templario? ¿Quién debe perdonarlo?
Esta pregunta solo tiene una respuesta: Dios Nuestro Señor, es Él y solamente Él quien debe perdonarnos. Con el manto blanco cubriendo mi espalda y rodilla en tierra, ruego e imploro el perdón a Nuestro Señor Dios Divino y Omnipresente, Creador de todas las cosas y de todos los seres, porque suyo es el Poder, el Reino y la Gloria, yo Caballero Templario y Soldado de la Blanca Milicia de Cristo, ruego;
Perdón Señor, dueño de mi vida y de mi espíritu, por concederme el honor de ser Caballero Templario y soldado de la Blanca Milicia de Cristo, Nuestro Señor y Único Rey.
Imploro Tu perdón Señor, por ser débil en los momentos duros y difíciles, por todo lo que me has dado y sigues dándome, por querer ser lo que no soy, por mi soberbia e ingratitud, por las veces que he renegado de Vos, por los que se fueron, por los que están y por los que vendrán.
Perdón Señor, por mi cobardía y también por mi valentía, por las veces que tome Tus alimentos sin pronunciar Tu Nombre, por mi arrogancia y también por mi prepotencia, por haber amado a una Dama Templaria más que a mi propia vida.
Por no cumplir Tu Palabra, por pretender entrar en Tu Reino sin merecerlo, por desear el mal y buscar el bien en el corazón de mis enemigos, por todos los que se sintieron traicionados y por los que también ayude, porque desde lo más profundo de mi Alma siempre implorare Tu Perdón.
Virtud, Ejemplo y Perdón, un triángulo mágico y Divino que es y debe ser manifestado a través del espíritu de todo Caballero Templario para mayor honra de Nuestro Señor.
Alma, Corazón y Mente para librar las batallas que a diario se nos presenta y salir victoriosos de todas ellas, por muy fuerte que soplen los vientos, por muy fuerte que sean los golpes que da la vida. El Perdón siempre nos acerca a Dios, para mayor Gloria de Nuestro Señor.
La iglesia católica a través de la historia, su esencia cristiana ha sido sustituida por el poder, la idolatría y el servilismo a los dioses terrenales, llámense Papas, Líderes Políticos o Financieros.
Todos aquellos que no comulgue con sus criterios son considerados incrédulos o enemigos de la fe.