La Nueva Milicia Templaria

La Nueva Milicia Templaria de Cristo

Con estas palabras elogiaba fray Bernardo de Claraval a la nueva Milicia Templaria formada por Los Pobres Caballeros de Cristo del Templo de Salomón.

TEMPLARIOS Y CABALLEROS, HISTORIA, LEYENDA Y REFLEXIONES
“Intrépido y bravo soldado aquel que, mientras reviste su cuerpo con coraza de acero, guarece su alma bajo la loriga de la Fe. Puede gozar de completa seguridad, porque pertrechado con estas dobles armas defensivas, no ha de temer a los hombres ni a los demonios. Es más, ni siquiera teme a la muerte, antes la desea. ¿Qué podría espantarle ni vivo ni muerto, cuando su vivir es Cristo? Pero desearía más bien acabar de soltarse del cuerpo para estar con Cristo, siendo esto lo mejor”.

Si, una nueva Milicia Templaría está naciendo en este tiempo nuevo del Señor. Una nueva milicia moderna, formada por hombres y mujeres, Damas y Caballeros Templarios, ordenada y dispuesta, valiente y entregada a la causa justa y honorable, continuista, de la gran obra que emprendieron nuestros hermanos ancestrales cuyo espíritu y recuerdo nos acompañan siempre, dándonos fuerza para seguir avanzando, llevando la Palabra Verdadera a todos los seres humanos de este mundo.

No podemos seguir por más tiempo jugando con el pasado glorioso de una Milicia Templaría que dio su vida por Cristo defendiendo la cristiandad y el carácter divino del ser humano.

El Honor demostrado y la Lealtad manifestada a la Iglesia Apostólica y Romana, terminaron con el último suspiro de vida de nuestro anciano Gran Maestre Jacques Bernard De Molay. La Orden Templaría de los Pobres Caballeros del Templo de Salomón, no fue, ni ha sido, y no lo será nunca, una orden católica.


La Iglesia Católica de Roma, fue, ha sido y lo seguirá siendo, la gran traidora del Temple y manipuladora de las enseñanzas y de la Palabra de Nuestro Señor Jesucristo y de María Magdalena.

Cuando el papa Clemente V, a propuesta de Felipe «el Hermoso», propuso en el Concilio de Vienne-en-Dauphiné la abolición del Temple muchos obispos protestaron. El papa no les hizo caso:

«Respondió con desabrimiento, que si por la falta de formalidades no podía fallar jurídicamente contra los templarios `la plenitud del poder pontifical supliría a todo, que los condenaría gubernativamente antes que descontentar a su querido hijo el rey de Francia».

En efecto, pronunció en un consistorio secreto la sentencia que abolía, suprimía y anulaba la Orden Militar del Temple, y la repitió en sesión pública en presencia del rey y de toda su corte, en estos términos:

«Aunque no hemos dictado la sentencia con arreglo a las formas de derecho, suprimimos la Orden por provisión y por la autoridad apostólica, reservando a Nos y a la Santa Iglesia Romana, la disposición de las personas y bienes de los templarios».


Por tanto no fue el Concilio quien abolió la Orden, como se sigue diciendo reiteradamente, sino Clemente V, papa simoníaco nombrado gracias a Felipe IV «el Hermoso», quien mando asesinar al anterior papa Bonifacio VIII quien lo había excomulgado.

Mientras no tengan el valor necesario para reconocer todos los crímenes ejecutados por la Santa Inquisición durante más de cinco siglos. Continúen manteniendo en vigor la Bula Papal Vox in Excelso de Excomulgados de todos los Caballeros Templarios. Restablezcan el Honor y Dignidad de todos ellos, mientras no lo hagan, nos tendrán enfrente, la Nueva Milicia Templaria, dispuestos a combatirles con la palabra en todas las batallas que sean necesarias.

Organización, Unión y Lealtad para conseguir hacer de esta Nueva Milicia Templaría, la Fuerza, Ilusión y Esperanza que el mundo necesita, conquistando con la palabra y los hechos, el corazón de todos los seres humanos de este mundo que necesitan y buscan desesperadamente Paz, Justicia y Libertad en un mundo cada vez más deteriorado, sin principios, sin valores y sin esperanzas en un Futuro mejor para las generaciones venideras.

TEMPLARIOS Y CABALLEROS, HISTORIA, LEYENDA Y REFLEXIONES
“Marchad, pues soldados, al combate con paso firme y marcial y cargad con ánimo valeroso contra los enemigos de Cristo, bien seguros de que ni la muerte ni la vida podrán separarlos de la Caridad de Dios, que está en Cristo Jesús. En el fragor del combate proclamad “YA VIVAMOS, YA MURAMOS, DEL SEÑOR SOMOS”.

La Maldición del Maestre Jacques De Molay aun no ha sido levantada….

+++Nada para nosotros, Señor, nada para nosotros, sino a Tu nombre sea dada la Gloria.+++

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antolinvall
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