Templarios Lealtad al Temple

Templarios Lealtad al Temple

Templarios lealtad al Temple sin medidas ni condición, en este mundo que cambia tan rápidamente, y que te obliga a pensar y a actuar en forma nueva, y a vivir en perpetuo movimiento, adoptando normas de conducta fácilmente modificables.

Intranquilidad, temor y pesimismo caracterizan hoy en día a los denominados católicos-cristianos. Las marcas del tiempo son inequívocas. La falsa cristiandad que ha venido profesando la Iglesia Católica Apostólica y Romana, está declinando a una velocidad de vértigo. En nuestra época y en el mundo actual, se imponen exigencias totalmente nuevas.

La Iglesia es un barco a la deriva y con sus bodegas cargadas con el peso de todos los errores cometidos desde su creación, navegando en aguas turbulentas. ¿Y qué le ocurre a un barco que repentina e inesperadamente tiene que vadear rápidos? Pues naufraga, y así hoy por hoy, se puede oír a muchos católicos exclamar “Señor sálvanos que nos hundimos”.


Observa como están de moda las nuevas órdenes templarias que se han convertidos en el juguete de moda de todas estas almas perdidas, abandonadas y frustradas que vienen buscando una nueva forma de paz y de sosiego. Pero no vienen solos, traen consigo un equipaje de lo más variopinto, inundando y vistiendo al Temple con sus ídolos, santos, mártires, muñecos, muñecas, imágenes, reliquias y una multitud de medallas santificadas colgadas al cuello.

Compradores, vendedores, comerciantes, profetas, videntes, magos, extraterrestres, lunáticos y un largo etc., que definen con creces la labor espiritual que han venido haciendo las Iglesias-sucursales del Vaticano con los seres humanos a lo largo de su historia, anulando la propia evolución del espíritu y creando parásitos para la sociedad.

La iglesia católica da la impresión de volverse cada vez más superflua, y el resultado de esto es que la «fe católica» ha quedado reducida a poco menos que al nivel de una opinión personal, una opinión que debe ser libremente tolerada, pero no puede tener, y a la que no se le debe permitir tener, la menor influencia sobre los hechos realmente importantes de nuestra sociedad actual.

Si no logramos desvincularnos totalmente de la iglesia apostólica y romana y de su decadente y obsoleta estructura mediática, el juicio de la historia contemporánea fulminara y destruirá a todas las nuevas ordenes Templarias que buscan inconscientemente el reconocimiento por parte de la iglesia católica.

Aun reconociendo el fatal desenlace sufrido por la Orden Templaria, que ocasionaron la ruptura total de cualquier vínculo relacionado con la iglesia romana, acontecido el dia que nuestros hermanos ancestros junto a nuestro anciano Gran Maestre Jacques de Molay, fueron traicionados, ajusticiados, torturados y quemados en la hoguera. Hechos que ningún Templario debe olvidar jamás.


Y niegan la Historia y lo que es más evidente a los ojos y oídos del mundo: La Iglesia Católica de Roma no quiere al Temple. No acepta la Verdad y mantiene la condena a todos los Caballeros Templarios y Damas Templarias del mundo. Veredicto; EXCOMULGADOS A PERPETUIDAD.

Tu lealtad al Temple, santo y seña de tu espíritu Templario. La Fe sin medidas ni profundidad, en Cristo Nuestro Señor. Tu corazón desbordante de Amor en María Magdalena Nuestra Señora. La Cruz de madera, tu voto de pobreza. El ejemplo de vida, defendiendo a los más débiles. Tu generosidad desmedida, con los más necesitados. La palabra, el tesoro más valioso.

Tu valentía, luchando por un mundo de paz, justicia y libertad. Tu luz que ilumina y guía. Tus hermanos Caballeros Templarios y tus hermanas Damas Templarias, tu mejor compañía, para iluminar todos juntos con Lealtad y Honor, un mundo en el que la Sangre Real de Cristo volverá a reinar, para mayor Gloria de Nuestro Señor.

La maldición del Maestre Jacques De Molay aun no ha sido levantada.

+++Nada para nosotros, Señor, nada para nosotros, sino a Tu nombre sea dada la Gloria.+++

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antolinvall
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4 comentarios

  1. Me emociona ese desprendimiento del yo, para ser uno más, solo un soldado de Cristo, defensor de la Fe verdadera y adorador de la Sangre Real de Cristo y servidor de Jesucristo N. S. en nuestros hermanos.

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